A mi consultorio llegan parejas constantemente con problemas de relacionamientos asociados a una baja capacidad para comunicar lo que piensan y sienten; dificultades en resolución de conflictos y negociación; dolores que se acumulan a través del tiempo y no se sanan adecuadamente, y por supuesto, llega un gran porcentaje por diferentes inconvenientes al experimentar su sexualidad. Hay un dicho popular que dice: “En la guerra y en el amor todo se vale”, pero esto es relativo, desde mi punto de vista lo que sí es válido, es que en el sexo todo es permitido siempre y cuando sea consensuado.
Hay diferentes maneras en que las parejas aumentan la intimidad sexual y fortalecen su relación mezclando diversión y placer. Y es que las parejas que tienen una vida sexual plena ven el sexo como una expresión de intimidad, disfrutan de una visión relajada y de aceptación del placer al máximo.
Las fantasías son un aspecto importante de la intimidad creativa, es la base de la variedad, la imaginación y la aventura para la mayoría de nosotros cuando experimentamos placer sexual, ya sea solos o con un compañero. Pero pocos son capaces de confiar a sus parejas sus fantasías y luego encontrar la manera de hacerlas realidad.
Cuando compartimos estos lugares secretos de nuestra mente, el resultado puede ser experimentar el placer pleno, divertido, excitante y para otros mas románticos un gran romance y emoción que nos saca de la monotonía.
El solo hecho de compartir las fantasías es excitante, todas esas cosas que te gustaría hacer con él o con otros, contarle a tu pareja lo que te gusta, te traerá grandes satisfacciones y de la misma manera puedes dar más placer a tu compañero, contándole todo lo que quieres hacerle. Recomiendo siempre a las parejas a cultivar la idea que dentro de sus preferencias, todos los deseos, todas las imágenes, fantasías y pensamientos son aceptables y bienvenidos. Nada es incorrecto, censurable o desagradable. (Recuerda lo fundamental: Debe existir un consentimiento).
Debemos ser consientes que nuestra pareja pudiera no sentirse cómoda con lo que proponemos o nosotros mismo no contemplar en nuestras practicas lo que el otro quiere, podemos negarnos pero no lo juzgamos ni rechazamos por ello. Y es que hablar con la pareja de orgías, fiestas swinger, sexo en sitios públicos, tener sexo con alguien más que te atrae, juegos de roles, entre otros, requiere en ocasiones de coraje, por eso es importante encontrar un espacio cómodo, ardiente, que te haga sentir en confianza, donde se establezcan unos lineamientos, porque no todo lo que esta en nuestra imaginación lo hemos hecho y no todo lo que tenemos en la cabeza lo vamos a hacer.