La verdad desnuda: ¿Es posible amar sin secretos?
Una cosa es ser honesto con tu pareja y otra muy diferente es decirle todo lo que está en tu cabeza. Empiezo este escrito casi que concluyéndolo.
En mis redes sociales compartí dos publicaciones sobre el libro “Toda la verdad” de Karen Cleveland; en ellas, hice reflexiones que generaron reacciones entre las personas que las leían, compartiré dichas reflexiones más adelante, pero aquí quiero resaltar que hubo quienes se quedaron solo con la imagen y otros que fueron más allá preguntándome si era necesario decir todo a su pareja. Para algunas personas puede ser clara la respuesta a esta pregunta, es más, puedo imaginarte leyendo esto y contestando… “claro que NO!”, pero resulta que no es tan obvio como parece, así que quiero iniciar contando porqué quise escribir en el blog más sobre este tema y no sólo dejarlo en las redes.
El libro “TODA LA VERDAD”, me lo regaló mi esposo hace 5 años; en la portada dice «marido perfecto», «padre perfecto», «¿perfecto mentiroso?» Jajajajaja me morí de risa y le pregunté si quería decirme algo. Es común pensar que las mentiras o los engaños en las relaciones sexoafectivas tienen que ver con terceras personas y resulta que NO siempre.
La historia de este libro es sobre Vivian Miller, una empleada de la CIA que está en la división de contrainteligencia rusa. Vivian está casada con Matt con quien tiene cuatro hijos, su vida parece ser perfecta. Las cosas cambian para ella cuando en el curso de una investigación descubre una carpeta en la computadora de un sospechoso de ser un espía ruso que contiene fotos de cinco agentes encubiertos de ese país en los Estados Unidos. Para su terrible sorpresa y casi desmayo, una de las fotos es de su esposo, Matt. A partir de ese momento Vivian se ve envuelta en un dilema moral y emocional mientras intenta descubrir la verdad sobre su esposo y a la vez proteger a su familia. A medida que se adentra en el oscuro mundo del espionaje, debe tomar decisiones difíciles que pondrán a prueba su lealtad, tanto a su país como a su familia.
Esta novela es emocionante, muestra como los secretos y las mentiras en las relaciones «pueden» ser el pan de cada día. Para mi, que trabajo con parejas y que estoy en una relación desde hace unos cuantos años, lo que expone el libro sobre temas de confianza, lealtad, amor y la naturaleza humana, me atraen profundamente.
¿Para ti los secretos son mentiras?, ¿hasta dónde ser honesto puede ir en contra de la misma relación?, ¿es necesario mentir?, ¿cuando es demasiado mentir?, y de hecho, ¿podemos siquiera plantearnos esa pregunta?, ¿ocultar a la otra persona ciertas emociones o pensamientos, debilita la relación?, ¿cómo podemos lidiar con la verdad si tememos que pueda lastimar a nuestra pareja?, ¿nuestros pensamientos sobre algunas situaciones, personas, sentimientos, emociones, deseos o fantasías que NO se comparten, se pueden catalogar como ocultar o como una falta de honestidad? Estas son preguntas que llegan a mi escribiendo este texto.
La honestidad es fundamental para construir relaciones saludables, maduras, duraderas, y aunque este libro de ficción muestra un caso extremo de intriga y engaño, para mí, deja sobre la mesa además de la honestidad, conceptos como intimidad, secretos y confianza. ¿Sabías que no todos entendemos la confianza de la misma manera?. Independientemente de que tu concepto sea o no constructivo para la relación, la confianza se entiende en términos de conducta y varía de una persona a otra. Para explicarme, te doy ejemplos de lo que para algunos indica que hay confianza: dar cuenta de todo lo que se hace; el saber y controlar claves y accesos a cuentas y correos; hablar abierta y sinceramente sobre sus sentimientos, preocupaciones y miedos; permitir que el otro tenga acceso a sus mensajes y conversaciones personales; compartir decisiones importantes como las financieras, laborales y familiares; tener una comunicación abierta y fluida incluso sobre temas delicados o difíciles; respetar la privacidad del otro, ser honestos el uno con el otro, incluso cuando la verdad pueda resultar incómoda o dolorosa; establecer límites claros y respetarlos en la relación; hacer video llamadas cuando no se encuentran juntos; el uso desprevenido de celular y así podría listarte un sin numero de ejemplos.
Los conceptos de confianza son determinados por las creencias, nuestra propia historia familiar, patrones de las relaciones anteriores y por supuesto hay un componente cultural importante. Podría ser interesante e incluso oportuno que te preguntes cómo entiendes la confianza y qué cosas te dicen a ti que hay confianza en una relación de pareja.
Volviendo al tema de la honestidad, quiero compartirte en este momento algunos puntos que he aprendido sobre este concepto en mi ejercicio profesional y en la vida:
Ser honesto en una relación de pareja implica compartir tus pensamientos y sentimientos de manera respetuosa y considerada. Esto incluye tanto la expresión de tus pensamientos positivos como de tus preocupaciones y conflictos.
Algunas parejas pueden preferir una mayor apertura y transparencia en su relación, mientras que otras pueden ser más reservadas. Y ese estilo es particular, cada pareja es única y tiene su propia dinámica, como lo digo con frecuencia: las relaciones son construcciones artesanales en donde no encontrarás dos iguales.
La clave es encontrar un equilibrio entre ser honestos y respetar la privacidad y los límites de la otra persona.
La honestidad en una relación de pareja es importante, y es igualmente importante que al ser honestos, la empatía esté presente en todo momento.
En relación a este último punto, quiero señalar que la forma en que se comparte la información puede ser tan importante como la información en sí misma. Algunas personas pueden confundir honestidad con decir lo que se piensa sin filtro o de manera desconsiderada; y no, la honestidad no debe ser usada como excusa para herir a la otra persona o como una justificación para ser cruel. Por tanto, es recomendable considerar el momento y la forma en que se comunica.
Otro factor a tener en cuenta es la cantidad de información. Cuando tengas dudas frente a si es necesario o no compartir una información con tu pareja, puedes revisar qué tan esencial es lo que se quiere compartir con el otro; se recomienda evaluar si la «verdad» es relevante para la relación y si es necesaria en ese momento. Si bien es cierto la honestidad en la relación de pareja es un componente clave para una comunicación saludable y una conexión emocional profunda, es válido preguntarse si “TENGO” que decirlo “TODO”.
Las teorías psicológicas varían en cuanto a la cantidad de información que se debe compartir con la pareja; sin embargo, en general se recomienda ser honesto y abierto en la medida en que sea posible. Menciono dos teorías para ilustrar. Por un lado, el psicoanálisis sugiere que compartir todos los pensamientos y sentimientos con la pareja puede ser liberador y ayudar a resolver conflictos internos. Pero creo en lo personal, que si la intención es resolver conflictos internos, la persona a la que se debe acudir es a un terapeuta que cuente con las herramientas necesarias para guiar ese proceso de autodescubrimiento y sanación. Es importante resaltar que mantener los roles de adultos y pareja es fundamental para un desarrollo sano de la relación, y posicionar a la pareja como terapeuta, desdibuja el sentido de relación horizontal de la misma. Por otro lado, la terapia breve del enfoque centrado en la solución, sugiere que compartir solo la información relevante y necesaria para resolver un problema es más efectivo que compartir todo lo que uno piensa y siente. Teoría que comparto..
En general, la decisión de compartir información con la pareja depende de muchos factores, incluidas la dinámica de la relación, la personalidad de cada uno y el problema específico que se está tratando de resolver.
Ahora bien, la verdad no siempre es fácil de enfrentar y a veces, las mentiras pueden protegernos de verdades dolorosas. No te estoy diciendo que mientas, ni mas faltaba, solo hay que estimular el criterio para no cometer “sincericidios” a relaciones que en principio son buenas o saludables, por verdades que en realidad no aportan y lastimarían mucho mucho mucho.
En la terapia de pareja, se trabaja en el desarrollo de habilidades de comunicación para que las parejas puedan expresar sus sentimientos y necesidades de manera clara, asertiva y respetuosa. Fomentar un ambiente de confianza, comunicar de manera efectiva, escuchar activamente, ser honesto con uno mismo, aceptar las consecuencias, bucar ayuda profesional, son algunos de los aspectos que trabajamos en consulta y que han ayudado a algunas parejas. En relación a la comunicación he escrito en otras entradas del blog, te recomiendo leerlas para profundizar en este tema, si hablamos de honestidad, también es importante saber comunicar.
Entonces, ¿Debemos decir todo a nuestra pareja? En este punto y para terminar, quiero contarte que las personas tenemos tres dimensiones: una vida pública que hace referencia a los espacios en donde nos relacionamos, como el trabajo y la comunidad donde vivimos, -es lo visible a todas las personas-. Una vida privada, que es esa dimensión que compartimos de manera más exclusiva con algunos amigos, familiares y pareja. Y, la vida íntima, que es esa dimensión más profunda de nuestra existencia, en la cual hay aspectos relevantes sobre nuestras fantasías, miedos, sueños y emociones. En algunos casos esta última no la compartimos con nadie.
Haciendo esta aclaración, es posible que contar algunos aspectos de nuestra vida pública o privada a nuestra pareja esté dentro de lo cotidiano. Pero, seguramente, no contaremos con detalles cada cosa que pasa; además, qué desgastante podría ser contar todo lo que pasa a nuestras parejas…
En la vida íntima, también podremos encontrar aspectos que al compartirlos con la persona con la que estamos construyendo una relación afectiva, pueden ser beneficioso para la misma relación. Sin embargo, ¿decir todo cómo podría aportar?; es ahí donde como adultos, podemos tener los criterios para decidir qué y qué no compartir de ese mundo interior que sólo nos pertenece a nosotros y que es maravilloso guardar para sí. Quiero señalar que la relación de pareja la componen las individualidades, y que así estemos construyendo un NOSOTROS, cada una de las partes es en sí un ser independiente con una vida que comparte con el otro, pero que no anula su individualidad ni la posibilidad de tener ese mundo interior solo para uno.
Por último y haciendo alusión al título del libro “Toda la Verdad”, podría decir que el ocultar o engañar sobre aspectos de la vida en donde existan acuerdos previos afecta directamente uno de los pilares de la relación, que desde mi punto de vista es la base: la confianza.
Y aunque no me gustan las generalizaciones ”Siempre habrá algo no dicho”.
Si consideras que necesitas apoyo en alguna situación que te resuene con este escrito, no dudes en buscar ayuda, muchas veces no podemos solos.
SOBRE LA AUTORA
LORENA POLANÍA
Psicóloga Clínica – Fundadora
Terapeuta individual y de pareja
Egresada Master en Sexología
Coautora del Libro:
“Dos para Ser Felices”
Editorial Grijalbo.
Más Información:
[email protected]
Tel: +56 933 964 621
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