¿Es posible superar la infidelidad?
1. Ser conscientes de que sí es posible salvar la relación
2. Abandonar las posturas de “víctima” y de “victimario”
Si bien es claro que la infidelidad es la consecuencia de una decisión consciente de uno de los miembros de la pareja, como lo explicamos en otra entrada normalmente no se toma con el objetivo de hacerle daño al otro miembro de la pareja. En otras palabras, si fuiste víctima de la infidelidad no creas que tu pareja te fue infiel para hacerte daño. La motivación más frecuente de la infidelidad es la satisfacción propia no el hacerle daño al otro.
Si bien la infidelidad se debe a una decisión consciente del otro, eso no quiere decir que el infiel sea una mala persona (con algunas excepciones como las de las relaciones tóxicas de las que hablamos en una entrada anterior). La crisis es la consecuencia EVITABLE de una decisión humana, que como la mayoría de nuestras decisiones y acciones es racional pero está sujeta a nuestra imperfección, a nuestras debilidades, necesidades, limitaciones y defectos. Para superar la crisis generada por la infidelidad, no sirve de nada “castigar” a quien ha sido infiel.
Los reproches frecuentes, las preguntas inquisidoras que buscan una confesión detallada de los hechos, las indirectas o el involucramiento de terceros cercanos (familiares o amigos) en la discusión del tema no sirven para salvar la relación. Por su parte, la actitud de quien ha sido infiel debe buscar la reparación del daño ocasionado pero no invitar a la tortura o la ejecución.
Eso tampoco contribuye a superar la crisis y a salvar la relación. La víctima no debe convertirse en castigadora y el infiel no debe invitar, con su actitud, a ser castigado. Postrarse a los pies de la víctima no contribuye para nada a recuperar la relación y a sanar las heridas que ocasionó la infidelidad. Lo que sí debe hacer quien haya cometido la infidelidad es tener acciones reparadoras.
Por ejemplo, debe evitar el contacto con la persona con la que fue infiel, y debe darle tiempo de calidad a su pareja. Lo fundamental es concentrarse en recuperar la pareja y en evitar cualquier “distracción” que nos desvíe del camino hacia ese objetivo.
Por ejemplo, tener contacto con la persona con la que se fue infiel puede ser una distracción fuerte y un motivo de desconfianza para el engañado. Es importante recordar que la persona que ha sido infiel esta enganchada sexual o emocionalmente con la tercera persona, por tal razón, la distancia es el camino más efectivo.
3. Trabajar en pareja
Superar la crisis, salvar la relación y recuperar la confianza es un trabajo de los dos. Si bien es la consecuencia directa de la decisión de uno de los dos, no basta con que el infiel se esfuerce por arreglar la situación. Las causas de la infidelidad son múltiples pero normalmente todas conducen a que si se quiere salvar la pareja es necesario replantear la relación… y eso es un trabajo de los dos. Hay que retomar los proyectos comunes, hay que generar dinámicas de comunicación sanas, hay que reavivar la sexualidad y el erotismo, hay que recuperar la ternura… el trabajo es arduo.
Por lo tanto, el esfuerzo y la responsabilidad deben ser compartidos.
De nada sirve decir que sí se quiere salvar la relación y, al mismo tiempo, obsesionarse con conocer toda la verdad acerca de la infidelidad cometida por el otro. Querer saber TOOODA la verdad, hasta el más íntimo y mínimo detalle, no ayuda para nada. Ya se sabe lo fundamental.
Ayuda, eso sí, ser franco y reconocer la falta cometida… pero sin entrar en detalles. Admitir el error y expresar claramente que se quiere recuperar la relación es mucho más constructivo que narrar con detalles de horas, lugares o posiciones… ¿no? En mi consultorio he visto claramente que si se quiere reconstruir la relación y recuperar la confianza en el otro, los detalles en realidad pueden hacer mucho daño y no contribuir para nada.
Si la intención es realmente continuar juntos, como pareja, es tan importante ofrecer disculpas por el error cometido como aceptar las excusas de quien cometió el error. Como psicóloga sé bien que los seres humanos no podemos olvidar (casi nunca) pero también tengo la certeza de que podemos perdonar, podemos entender al otro como un ser imperfecto.
4. Ser asertivos
El engañado no puede quedarse en juzgar y reprochar a quien lo engañó. No significa que deba tragarse la rabia y reprimir el dolor y el malestar que le genera la situación.
Significa expresar sus emociones y explicar claramente cómo se siente. La infidelidad pone a quien la sufre en una situación de competencia afectiva. Estamos en una sociedad monogámica en la que las relaciones de pareja son exclusivistas.
Si nuestra pareja nos es infiel, nos lleva a pensar que esa persona con la que nos fue infiel es mejor que nosotros en algo… o en mucho. Esa competencia afectiva por supuesto que nos genera malestar y ese malestar no debemos reprimirlo o invalidarlo sino que expresarlo, pero de una manera asertiva. Hay que hablar desde el Yo: “yo siento”, “yo pienso”… y hay que evitar hablar desde el Tú: “tú hiciste”, “tú eres”.
Las emociones debemos gestionarlas y evitar que, el dolor, la ira, la rabia, la tristeza se expresen de manera impulsiva y violenta. Quien haya sido infiel también debe gestionar las emociones de su pareja engañada. Debe entender sus reacciones y sus expresiones de malestar. Es indispensable permitir que el otro pueda expresar su malestar y entenderlo.
La empatía es un elemento clave de la superación de la crisis de pareja generada por la infidelidad. Es necesario que cada uno se ponga en los zapatos del otro y entienda sus razones y reacciones.
5. Evitar los terceros… a menos que sea una terapeuta 😉
La infidelidad y la crisis que genera en la pareja es un asunto, ¡de la pareja! Solo los miembros de la pareja han experimentado en carne propia todo el proceso y han sufrido sus consecuencias.
Si bien salvar la relación depende de la decisión y de la acción de ambos, la ayuda de una profesional puede facilitar el proceso de sanación y de recuperación de la confianza. La infidelidad no solo afecta la confianza en el otro y en la relación sino en sí mismo.
tu pareja te ha sido infiel, tu autoestima puede salir muy afectada. La terapia de pareja puede ayudar a recuperar la confianza en el otro, en la relación y en sí mismo.
La terapia también puede ayudar a establecer nuevas dinámicas en la pareja. Puede contribuir a sanar la relación y a entender qué es lo que se debe fortalecer en ella. También puede colaborar a algo que es muy difícil: entender que la responsabilidad es de los dos.
***
Si tú y tu pareja deciden salvar su relación deben ser responsables de esa decisión y de lo que conlleva: si la decisión es continuar con la relación deben ser conscientes de que esta no se salva sola y de que su reconstrucción depende de los dos y necesita un esfuerzo.
SOBRE LA AUTORA
LORENA POLANÍA
Psicóloga Clínica – Fundadora
Terapeuta individual y de pareja
Egresada Master en Sexología
Coautora del Libro:
“Dos para Ser Felices”
Editorial Grijalbo.
Más Información:
[email protected]
Tel: +56 933 964 621
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