Equilibrio
Las relaciones sanas son horizontales, de pares iguales, ninguno está por encima del otro (sólo en la cama y a veces). Forman un equipo con habilidades diferentes. Cada uno tiene su rol y éste se construye desde las fortalezas individuales. No deben existir las guerras de poderes. La equidad en los derechos y deberes debe primar.
Un buen vino ofrece un equilibrio entre los taninos, la acidez, el alcohol y el azúcar; así mismo, las relaciones de pareja tienen 4 pilares, que, si están equilibradas, la relación será más fuerte y sostenible.
Estas son las famosas 4 patas de la mesa que le menciono a mis pacientes:
Comunicación.
Sexo.
Amor.
Proyecto de vida.
Si estos cuatro puntos están fortalecidos, se podrán transitar mejor los desafíos de la vida, las eventuales enfermedades, la crianza de los hijos, las pérdidas, la cotidianidad, evitar la monotonía, etc.
En resumen, cuándo hay equilibrio, dentro de los integrantes de la relación y en quienes la componen, habrá más resiliencia y la relación será más sana.
Profundidad
La profundidad es otras de las características de un buen vino. Hace referencia a que el vino parece tener capas escondidas de sabor, es decir, no es plano en boca y es unidimensional al paladar.
En la relación de pareja la profundidad la relaciono con la confianza y el cultivar el AMOR a diario para que cada vez se impregne más en cada uno.
La confianza es vista desde dos dimensiones:
Sentirse confiado y tranquilo de ser quien eres, sin temor al rechazo. Es la tranquilidad de expresarte genuinamente desde tu interior.
Tener la tranquilidad de que estás con alguien que no va a lastimarte de manera intencional. Lo de intencional, es importante aclararlo. En la vida en pareja, es muy posible que tu compañero/a de vida haga algo que te genere dolor, pero, si hay amor genuino, seguro esto no será planeado.
Darle profundidad a tu relación, es también afianzarla desde sus cimientos, para que sean fuertes, sanos y estén bien enraizados.
Longitud
La longitud de un vino hace referencia al sabor que se percibe a lo largo de todo el paladar.
Esta comparación me encantó.
Pensemos en algo, al casarnos no estamos pensando en una separación.
Acá es dónde surge la longitud del AMOR, entendiendo esta característica como la capacidad de las parejas para mantener una relación estable y de calidad a lo largo del tiempo.
Es una realidad que si el amor no se cuida se acaba. Entonces el amor debe trabajarse a diario.
Todos conocemos esta frase de cajón: “el amor es una planta que hay que regar y cuidar”. Este es el ejemplo más ilustrativo para entender el concepto que el amor puede morir.
Cuando cuidas la relación de manera permanente, sus raíces van a crecer para que se haga más fuerte, profunda y duradera.
Carácter
Un vino con carácter es aquel que refleja su propia personalidad, es decir, posee características propias y distintivas dentro de su categoría.
Normalmente cundo inicio una terapia de pareja, empiezo con un ejercicio para que las personas aterricen cuales son las ideas con las que vienen, acerca del AMOR, las relaciones, la fidelidad y la pasión.
El amor es una construcción social, pero también es una construcción individual. Entonces no hay recetas, cada uno puede desarrollar lo que desea en una relación, teniendo, claro está, unos limites o mínimos para que sea SANO. Ahí nace que el carácter de cada relación lo construyen esas dos voluntades que deciden estar juntas.
Complejidad
La complejidad del vino tiene que ver con todos los sabores que están de tras de su elaboración.
Si hablamos de amor y de relaciones, creo que no hay mucho que explicar, las relaciones son complejas.