Dejarme SER, para poder saber qué hacer… Momento de un DUELO después de casi un año

Sofía PolPer es la autora de esta entrada del BLOG, ella es artista, diseñadora Industrial y arte terapeuta. Describe desde su vivencia personal lo que ha significado el duelo por muerte. A leerlo sin duda me siento identificada y veo en sus palabras como este escrito sin duda puede ser un apoyo para muchas personas que no solo estén atravesando un duelo por muerte, sino también un duelo emocional. Gracias Sofía, hermana de mi vida.
Hoy quiero hablarles desde una experiencia muy íntima y personal. .

Para empezar, quisiera hacer relación a una frase de una canción que me gusta mucho, del grupo “LOVE OF LESBIAN”, que dice “la terapia va mejorándome, unos días soy y otros días sé…”.

La verdad es que me siento tan identificada con ella, sobre todo, en estos últimos meses de mi vida.

Llevo en terapia psicológica varios meses. 

Después de estar con ansiedad y desespero, meses después de la muerte de Rosita (Rosita es la mujer que me dio la vida). Aquella hermosa persona que en el sistema familiar se le llama mamá y que durante muchísimo tiempo llamé simplemente Rosita (no se ni porque).

Más allá de hablar de mi vida con ella, o de mi relación con ella, o de mis conflictos con ella, quiero compartir un poco lo que me sucedió hoy después de casi 11 meses de su ausencia y cuándo pensé que ya había “superado” el duelo.

Suelo ser una persona acelerada y me gustaría que mi superación del duelo fuera como una cita con fecha y hora de caducidad y salir de esto pronto, pero, queridos lectores, no es así.

Esta situación, la pérdida, me ha llevado a enfrentarme, a sentir todo, al tan extremo que hoy me sentí rota y sin ganas de nada; estaba muy confundida. Hice lo que suelo hacer, o lo que dicen los expertos, pero nada funcionó, caos total.

Me di cuenta que tengo miedo a sentir; sobre todo a sentir la tristeza. Sin embargo, hoy mi cuerpo se rebeló y sólo quería llorar y llorar.

Es realmente raro, porque siento que en mi vida todo está “bien”. No entendía lo que pasaba y la verdad no pude más. Solo me dejé sentir, así sin más ni menos, con todo el drama que ello implica y permití sentirme cada vez peor, pero con el fin de sentirme mejor.

Suena raro, aun así, perdí la esperanza de sentirme bien, antes de sentirme mejor.

Hoy me di cuenta que a veces sanar implica meterme en las profundas aguas de sensaciones incómodas que mueven mi cuerpo y me regalé ese instante, dándome permiso de temblar, de llorar, de convulsionar, de sudar y de arder, mientras todas esas toxinas iban saliendo de mi cuerpo.

Liberé toda esa energía, toda esa emoción que estaba en ese momento y aun cuando mi mente me decía “estás empeorando”, “no avanzas nada” y aun dentro de la certeza de que suelo no ser tan compasiva en esos instantes, mi corazón sabía que estaba perfectamente bien, que lo estaba haciendo bien.

¿Es raro no? Parece toda una contradicción.  

Me di cuenta que la verdadera sanación radica en el coraje, en la confianza, en dejar ser y sentir lo que está pasando y hacer conexión con cada aliento y con cada emoción. Asumiendo que se puede tomar más fuerza antes de desaparecer.

Al final, después de toda esta marea alta, de esas olas gigantescas y de ese mar de emociones encontradas; me sentí más enamorada de mí misma tal, así como estaba en ese momento, sin importar el futuro, permitiéndome sentir y vivir desde el cuerpo y dejando que mi mente al final cayera de rodillas agradecida.

Estos instantes te hacen sentir más viva. Al dejar que lo que tenga que ser, sea, lo mejor renace dentro de ti. Sin temor a lo que pueda pasar; porque así verás que jamás habrás sentido la presencia del amor con tanta claridad y lo evidente del sentido de la vida.

Siento y pienso que es un poco extraño el hecho de conectar con la muerte y con la vida, como si fueran lo mismo.

Más aún en estos tiempos en los cuales muchas personas hemos perdido a alguien que amamos por este VIRUS QUE NO DA TREGUA; que nos golpea sin misericordia y nos ha arrebatado a esos amores de nuestras vidas, enfrentándonos a situaciones desconocidas e inesperadas.

Aunque algunos te dirán que esto te trae un aprendizaje, siento que, para llevarlo de la mejor manera, puedes parar un momento y continuar. Honrar la vida de los seres que amamos y sobre todo dejarte ser para poder saber que hacer. 

 

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SOBRE LA AUTORA

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LORENA POLANÍA

Psicóloga Clínica – Fundadora

Terapeuta individual y de pareja
Egresada Master en Sexología

Coautora del Libro:
“Dos para Ser Felices”
Editorial Grijalbo.

Más Información:

[email protected]
Tel: +56 933 964 621

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