Catarsis de una herida. Sanando a travez del autoconocimiento.

Hablando de duelos emocionales, procesos, sentires y aprendizajes, esta entrada del blog la escribe una mujer que amo y admiro, ella comparte su experiencia de crecimiento, su luz y su sombra de lo que es vivir, amar, soltar y madurar. Te invito a que la leas y recorras su escrito pensando en tus propios proceso y viendo como el ser humano vive en constantes desafíos de evolución.

CATARSIS DE UNA HERIDA Hoy hablando desde la herida y con ánimo de que se sane…

“Encontrar con quién compartir la vida hoy es difícil”, decía yo; ah! pero no es porque no quiera comprometerme, es más porque me costaba tener una relación sana conmigo (cosa no tan fácil o sencilla). 

Llevo varios días o meses queriendo escribir esto. Por un momento era algo más de páginas matutinas, luego, se convirtió en algo de querer compartir y de repente esa contradicción que me representa en algunas situaciones de mi vida se venía y se exteriorizaba; primero, con mi cuerpo que se incomodaba y después con la presencia de esa resistencia y esos pensamientos e inseguridades; y así, como dos personas en mi, eventualmente abría y cerraba el portátil N veces, me levantaba y empezaba a procrastinar, a hacer otras cosas y mientras hacía esas cosas recordaba que quería sacar todo esto que me pasaba en palabras y hacerlo desde una postura diferente a la de siempre, salir de esa zona de confort y poder compartirme. A alguien puede que le sirvan estas palabras.

Me siento agotada mental, física y emocionalmente; no logro canalizar hoy todo esto que siento y me abruma un montón.

 

La verdad pasan cosas y en muchos momentos “hago como si no pasara nada”, creyendo que es la mejor forma de gestionarlo o de no darle el valor y entonces, lo minimizo. Es gracioso porque justamente mi pasión y propósito están vinculados con el sentir y con el cómo saber gestionar eso que se está sintiendo, eso que está pasando; y justo hoy lo único que me repito en mi cabeza es que no quiero, no puedo, no lo puedo sostener y ok!. 

Sé que está bien dentro del proceso; lo que no logro identificar es aquello que lo dispara y que me desestabiliza; sé que en realidad no son las situaciones en sí.. es el hecho de lo que hago durante esas situaciones, cuando aparecen mi ansiedad y mi poco autocontrol, y cómo esto me lleva a mis inseguridades y poca confianza en mi, a esa autodestrucción mental..; entonces olvido lo que he venido trascendiendo y es en ese instante donde siento que parece que no hubiera aprendido nada y que aún me estuviera devolviendo. Es como si toda la conciencia que he trabajado no existiera de ninguna forma. Es lo que siento en el momento de anisedad e inseguridad. Ahora, ya pasaron unos días y esa máscara de víctima logré gobernarla sin superarlo por supuesto, sólo evitándolo y ya. Lee bien…. EVITÁNDOLO Y YA! Era más fácil evitar todo, decía yo…

Retomando el tema de compartir la vida en pareja y resumiendo para darle un poco de contexto y sentido a el titulo de este ecrito, hoy les comparto de lo que he vivido, hoy les hablo desde mi experiencia: llevo 6 años soltera después de tener una relación monógama durante 11 años con un hombre a quien la verdad le agradezco ese tiempo que nos acompañamos y en el que crecimos hasta donde teníamos que compartirnos. Aprendí un montón y también quedé con muchas heridas para sanar. Luego de eso, -y para ser sincera-, no he buscado tener algo estable porque la verdad compartir la vida con alguien “no es fácil”, eso decía y sentía; todo el tiempo me lo repetía con el discurso de que los hombres de ahora no se comprometen por X o Y motivo, dándoles la única responsabilidad a ellos.

Y si!, decirlo era fácil y eso hacía que mis vínculos con algunos hombres fuesen cortos, ya fuera porque yo lo evitaba o porque ellos me rechazaban.

 

Me dí cuenta que después de tantos años con alguien -con quien incluso habíamos convivido un tiempo- había quedado con miedo y me aterraba pensar en compartirme de nuevo. Decidí vivir mi soltería y libertad con sus pros y sus contras, hasta que conocí a un hombre que por motivos de la vida nos vinculamos y con mis angustias, dudas, mi poca claridad y “mi aparente madurez” pensé que podía sostener la situación de algo “casual” y la verdad sea dicha, NO LO LOGRÉ. Esta relación me mostró una parte de mi que siendo honesta, no me gustó en lo absoluto y evitarlo era mucho más fácil (en teoría). Una de esas cosas que me di cuenta fue que el tema pareja es importante para mi y les confieso que sí que me daba duro aceptar eso; no sé si por la edad, por la sociedad o simplemente por ser Sofía; y como no me daba la oportunidad de responsabilizarme, en ese momento lo más fácil fue evitarlo y acabarlo.

Pasó un buen tiempo y no sé… la vida, Dios, el universo, el karma, lo que no aprendí, los patrones de familia, o sea como sea, llámalo como quieras llamarlo, aparece de nuevo en mi vida otro ser, otra relación “casual” y me di cuenta de lo similares que podían ser estos personajes en su actitud frente a una relación; algo se repetía con dos hombres diferentes, pertenecientes a dos lugares distintos, apareciendo en dos momentos diferentes; y entonces empecé a notar algo que no había notado: la relación conmigo; y para decirlo mejor: mi poca relación conmigo, eso que decía al principio de este escrito, es decir, lo que hago durante ciertas situaciones que me llevan a perderme y a darle la responsabilidad al otro del por qué no funciona la relación. La primera responsable soy yo; y sin “darme palo” o sentir culpa (como si yo fuera la única responsable de la situación), no!, lo que sí hice, fue darme cuenta de lo que realmente puedo controlar y ví también otros temas que están en mi responsabilidad como por ejemplo, el apego; noté que mi apego en una relación de pareja es inseguro y que por el contrario, en una relación familiar o de amistad, es seguro. 

Hoy no sólo comparto esto porque lo he leído en artículos y lo he investigado, sino también por el hecho de ser una mujer que se ha buscado a sí misma y que desde aquí, se ha permitido vivir y amar la soledad y la libertad. Desde esta postura y en esa búsqueda de disfrutar ese estar sola sanamente hace un tiempo leí un escrito de Carl Jung.., y dice: “Que en tu proceso de sanar atraigas a alguien que sea consciente, profundo, apasionado, sensible y espiritual tanto como tú. Alguien que te haga creer en tí y en tu amor propio. Alguien que quiera evolucionar contigo, no sólo en esta dimensión sino en todos los niveles”; con esto y lo vivido los últimos meses de mi vida, entiendo que en una relación el panorama del “YO” definitivamente es muy importante y si el “YO” no es sano, ¿cómo puedo esperar que un futuro NOSOTROS se construya?. Sin ser una verdad absoluta -y hablando de nuevo desde mi experiencia-, lo que me doy cuenta es que conocerme, comunicarme, entenderme, permitirme ser y sobre todo permitirme sentir, hace que pueda ver mi dolor desde otras perspectivas y que desde allí lo transmita haciendo de ese dolor …Arte. En mi caso, así es más fácil tomar responsabilidad de las situaciones incómodas de mi vida.

Felicitarme los pequeños logros como el hacerme consciente de un detalle mínimo hace que ame mi proceso y sea compasiva y amorosa conmigo.

 

Estoy aprendiendo y soy torpe, y dentro de esa torpeza está la intención infinita de crecer, de mejorar como ser individual para aceptar que soy YO mi mejor compañía y luego, en algún momento, compartirme de la forma más sana posible. 

Por ahora, a aquellas personas que están pasando por ese momento de soltería, invitarlos a dejarse sentir, a aceptar y a trascender con amor y sobre todo sin juicio propio todo aquello que no entendemos en algunos momentos, aquello que nos duele y que nos lo disparan ciertas situaciones. Si esto que nos sucede lo hacemos consciente, crearemos nuestra mejor versión para nosotros mismos y para nuestro próximo compañero o compañera de vida.

 

SOBRE LA AUTORA

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LORENA POLANÍA

Psicóloga Clínica – Fundadora

Terapeuta individual y de pareja
Egresada Master en Sexología

Coautora del Libro:
“Dos para Ser Felices”
Editorial Grijalbo.

Más Información:

[email protected]
Tel: +56 933 964 621

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