Autoestima y mujer
“Lo pierdes todo cuando no te quieres a ti misma, y lo ganas todo cuando lo haces” Rupi Kaur
¿Por qué es importante trabajar constantemente en el mejoramiento de la autoestima?
Es vital que siempre todos mantengamos arriba la autoestima, hoy me centraré en las mujeres, ya que últimamente, me he dado cuenta que como genero necesitamos trabajar mucho más en este afianzamiento.
Aquí te explico porqué.
Para comenzar, tengo que decir que antes de esperar relacionarse adecuadamente con las personas que nos rodean y sacar el mejor provecho de nosotros inmersos en los diferentes contextos en que nos involucramos, es necesario: conocernos, aceptarnos y querernos a nosotros mismos.
Las mujeres pasamos por diferentes momentos a lo largo de nuestro ciclo vital, que inevitablemente nos confrontan con nuestra apariencia y sumado a esto, hay que reconocer que la sociedad no siempre es benevolente con la forma en que se ve las personas, por lo que podríamos estar expuestas a la crítica y a la burla. La crianza en donde predomine la formación de una autoestima fuerte, con un autoconcepto inquebrantable a pesar de lo que suceda en nuestra interacción con la sociedad, debería bastar, sin embargo, cuando del primer amor se trata, una figura de autoridad como un jefe, un amigo muy cercano, un ídolo o alguien a quien admiramos lesiona nuestra autoestima, es difícil salir de esta trampa que puede llevarnos a estar tristes e inconformes con nosotros mismos, por lo que debemos trabajar a diario en bastarnos y estar felices y tranquilos con quienes somos.
Cuando decimos que nos conocemos, es porque tenemos claro quiénes somos, cuál es nuestra historia y lo que ha permitido el resultado actual. Sabemos lo que queremos y hacia dónde vamos y reconocemos nuestras cualidades y defectos, todos aquellos aspectos positivos y por mejorar, los talentos y hasta donde podemos llegar.
Al aceptarnos, es importante tener claro que no somos perfectos y que tampoco podemos aspirar a serlo. Que tenemos unas claras habilidades que nos permiten interactuar con el mundo y teniendo en cuenta esto debemos elegir carrera u oficio. La clave es conocerlo y aceptarlo. Cuando nos quejamos de lo que no tenemos o intentamos que eso que tenemos esté ajustado a un estándar social enmarcado en términos de lo adecuado, podemos hacernos mucho daño. Por esa razón es importante aceptarnos, darnos el permiso de mejorar, pero no para ajustarnos sino para alcanzar nuestra propia felicidad.
Al querernos, el mandamiento es amarnos como a nadie y a nada en el mundo, es preferirnos y elegirnos cada día, es luchar por nuestro bienestar y anteponer nuestra felicidad a la de los demás. Cuando somos conscientes de lo importante que es querernos, podremos blindarnos ante personas y situaciones que quieran dañarnos y podremos interactuar de mejor forma con los demás siendo exitosos socialmente y en todo lo que hacemos.
Cuando escribí este párrafo pensaba en las mamás y obviamente cuando hay un ser humano que depende de ti, de tu cuidado para sobrevivir, debemos darle prioridad a ese cuidado y para balancearlo con nuestro bienestar, lo que podemos hacer es encontrar un cómplice que puede ser tu pareja, un familiar cercano o lejano, un amigo o varios, que te ayuden a tener tiempo para dedicarte a ti misma. Yo viví esta situación sobre todo con mi primera hija, ya que había deseado ser mamá por mucho tiempo y por fin se hacía realidad mi sueño, además porque no estaba muy cansada y esto me hizo resistente por un tiempo, sin embargo, después de unos meses en los que me resistía a delegar o aceptar la ayuda, mis defensas bajaron, finalmente se acabaron mis fuerzas y era muy difícil tener pequeños momentos para mí. Cuando llegó muy pronto mi segundo hijo me sentí aún peor y ahora después de seis años, sigo trabajando en recuperarme y aunque no es sencillo es una tarea que sé qué debo hacer.
En algunas ocasiones he contado una historia para ilustrar a modo de metáfora lo que debe suceder en nuestras vidas con relación al autocuidado. En un viaje nacional corto en avión, me llamó la atención un auxiliar de vuelo mientras daba las indicaciones de lo que se debe hacer en caso de desastre, así como la información de las salidas de emergencia. Bien es sabido que después de algunos años de tomar vuelos, a todos se nos convierte en paisaje este tipo de explicaciones, creo que en esta ocasión estaba un poco aburrida viajando sola y la gran sonrisa del auxiliar de vuelo capturó mi atención, cuando llegó a esa parte en la que hablan de: “en caso de despresurización del avión, caerán unas mascaras… debe primero poner la suya y luego ayudar a niños y otras personas”.
En ese momento se me reflejó mi experiencia y es que llevaba mucho tiempo sin oxígeno, poniéndole la máscara a mi familia, amigos y hasta desconocidos. Yo estaba casi azul y no me daba cuenta que si me falta el aire no podré ayudar a los demás.
Soy vital e importante para otros, este cuerpo y mi salud mental, mantienen con aire y a flote a quienes me rodean, por qué no darle la importancia a mi vida, por qué no amarme más.
Con frecuencia somos duros con nosotros mismos, nos criticamos, nos ofendemos, nos dejamos solos, descuidamos nuestra salud, sin embargo, con los otros podemos ser benévolos y amables, condescendientes y tiernos, vemos la fragilidad en los demás e identificamos sus necesidades, pero a nosotros nos dejamos en el último lugar. Varias veces me he pillado haciendo este tipo de cosas y atacándome como si fuera mi mayor enemiga.
Esta historia ocurrió ya hace varios años y muy seguido me encuentro aún, teniendo este tipo de comportamientos. Observo también a mis amigas, sobre todo a las madres, cediendo espacio en cosas que les gusta hacer, haciendo sacrificios que siendo sincera y según la experiencia me lo ha mostrado, nunca nadie lo va a agradecer, por último, aman a todos más que a los demás y seguimos estando en el último lugar.
Siempre que podamos nutramos la autoestima de los demás y la nuestra con estos sencillos ejercicios: decirnos lo buenos que somos para realizar ciertas actividades, recordar lo que hemos logrado en nuestra vida, así como los miedos que superamos, las metas que creímos que eran muy difíciles y aun así logramos alcanzarlas, rodearnos de personas para las que somos valiosos, amados, respetados, para quienes somos importantes y por supuesto, alejarnos de quienes lastiman nuestra autoestima, nos critican, de quienes tenemos un mundo muy alejado. Cuando nos equivoquemos, obviemos las palabras soeces, nunca nos maltratemos diciéndonos a nosotros o a los demás que nos fallamos, que comprobamos que no servimos para nada y cambiemos mejor esas expresiones por frases de aliento y abramos las puertas a nuevas y mejores oportunidades de demostrar que somos capaces.
Nosotros mismos, somos la única relación que tendremos para siempre, por lo que debemos enamorarnos y conquistarnos cada día, amar lo que hacemos o salir corriendo de ahí cuando sintamos que no lo estamos logrando. En el trabajo de amarnos a nosotros mismos también lo podemos hacer con los demás. Este es un objetivo que debemos perseguir diariamente y aunque no es sencillo, nos encausará en la tarea que vinimos a desarrollar todos cuando nacemos que es ser infinita y profundamente felices
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SOBRE LA AUTORA
LORENA POLANÍA
Psicóloga Clínica – Fundadora
Terapeuta individual y de pareja
Egresada Master en Sexología
Coautora del Libro:
“Dos para Ser Felices”
Editorial Grijalbo.
Más Información:
[email protected]
Tel: +56 933 964 621
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