Acá algunas reflexiones que te pueden ayudar a cultivar relaciones donde ames sin poseer:

Responsabilidad afectiva: hay un libro excelente que te recomiendo, se llama Que sea amor del bueno, de Marta Martinez; en él, la autora explica muy bien los elementos relacionados con la responsabilidad afectiva. Este concepto se refiere a reconocer y asumir que nuestros actos causan emociones en las personas con las que nos relacionamos; por ende, es importante elevar la conciencia sobre lo que decimos y hacemos. La invitación es a asumir comportamientos y formas de comunicación que nos permitan ser claros respecto a lo que pensamos, sentimos y necesitamos. Es importante recordar que la responsabilidad afectiva no implica asumir como tuyas las emociones de tu pareja, sino más bien, tratar sus emociones con respeto y consideración.

Respetar la individualidad: hay un poema de la Gestalt, del psiquiatra Fritz Perls, que publiqué hace mucho tiempo en mi Instagram y que quiero compartirte ahora: 

«Yo soy yo y tu eres tu
Yo no estoy en este mundo para cumplir tus expectativas y Tu no estás en este mundo para cumplir las mías.
Tu eres tu y yo soy yo.
Si en algún momento o en algún punto nos encontramos, y coincidimos, es hermoso.
Sino, pocas cosas tenemos que hacer juntos.
Tu eres tu y yo soy yo.
Falto de amor a mi mismo, cuando en el intento de complacerte me traiciono.
Falto de amor a ti, cuando intento que seas como yo quiero, en vez de aceptarte como realmente eres.
Tu eres tu y yo soy yo»

Cuánta verdad!, pero que retador en un mundo que nos vende la fusión como estrategia de amor incondicional y real.
Interiorizar que tu pareja es un individuo independiente con su propio universo, sus propios pensamientos, emociones, intereses, relaciones y necesidades, es clave para amar sin poseer. No intentes cambiar a tu pareja, en vez de ello, aprecia y respeta sus diferencias. Recuerda, la diversidad enriquece.

Fomentar la libertad: en la línea de lo anterior, anima a tu pareja a explorar sus intereses y pasiones. El amor no es una jaula sino un espacio seguro que permite a cada uno crecer. Si tu pareja te comparte una pasión, objetivo o meta, entusiásmate con ella y sé un trampolín para que consiga lo que quiere; y si no puedes hacer esto, no te conviertas en un lastre o en un obstáculo.

Cultivar la confianza: lo he escrito en otros Blogs, la confianza es el piso de la mesa, es el pilar que sostiene los otros aspectos que construyen la relación. Recuerda que la confianza se enfoca en estar tranquil@s de que la persona que nos ama no nos va a lastimar de manera intencional y además, nos permite tener la soltura de poder ser quien somos sin miedo al señalamiento; entonces la confianza es fundamental para amar sin poseer. Si tienes miedo de perder a tu pareja, puedes caer en comportamientos posesivos donde te conviertes en un todo y/o en un detective que no tiene paz buscando y buscando. Para cultivar la confianza siempre es clave una comunicación honesta desde lo que cada uno siente y necesita; además se requiere ser consistentes con las acciones y los acuerdos establecidos, coherentes entre lo que se dice y se hace, y empáticos con lo que se va viendo en el otro.

Desarrollar el apego seguro: este punto merece más que una reflexión, pero aquí voy a enunciarte ciertas características de los procesos en los que se trabaja en fortalecer un apego seguro; sin lugar a dudas, estas características contribuyen al amor libre y a amar sin poseer. 1. No evites el conflicto, reconcíliate con el; tampoco lo sufras, sólo transitarlo y permítete hablar. (Para conocer más sobre este punto lee Reconcíliate con el conflicto para que no te desconectes de tus relaciones); un apego seguro implica hablar de lo que piensas, sientes y necesitas, enfocándolo en el YO y no en el juzgamiento del otro. 2. Aprende a dar y recibir afecto en todas sus formas; trabaja en sentirte cómod@ con la cercanía emocional y también en ser capaz de tomar distancia cuando sea necesario manteniendo la confianza en la relación. 3. Disfruta los tiempos en pareja y a la vez los tiempos individuales; no te de miedo el compromiso o los acuerdos. Recuerda, una relación saludable no elimina nuestra individualidad, sino que la celebra.

Comunicación consciente: habla abierta y sinceramente sobre tus sentimientos y preocupaciones. No guardes resentimientos ni hagas suposiciones, la honestidad ayudará a fortalecer tu relación. De esto hablo simpre!!!

Aprende a soltar el control: no puedes controlar nada en este mundo-en términos concretos de lo que significa controlar-, de hecho, sólo puedes controlar tres cosas, lo que piensas, lo que sientes y lo que haces… y eso!, hay personas que demoran años en gestionar sus propias emociones y te puedo afirmar que hay otras que nunca lo logran. Lo importante es entender que sí se puede hacer y que soltar el control es entender que al interior de la relación puedes comunicar, llegar a acuerdos, pero no controlar lo que el otro piensa, siente o hace. Soltar el control te permite vivir el amor de una manera más saludable y menos ansiosa.

Tiempo para ti mismo…amo esta parte: asegúrate de tener tiempo para tí mismo. Esto te permitirá mantener tu identidad y perspectiva, y a la vez enriquecerá tu relación al traer nuevas experiencias e ideas a la misma.

Practica el amor propio: dice un viejo refrán que no podemos dar de lo que no tenemos y de ahí surgió una frase que repito a mis pacientes, «el autocuidado es la mejor forma de amar». Es difícil amar a otra persona de manera sana si no te amas y cuidas a ti mism@. El amor propio te ayudará a evitar la dependencia emocional y te permitirá amar sin poseer.

Las relaciones sanas no son gratis, necesitan de esfuerzo y trabajo permanente: si estás en una relación de pareja, es importante que sepas que las relaciones no se mantienen sólo con amor o sólo con libertad. Si tu intención es construir y vivir en una relación consciente, pues en buen chileno… hay que “hacer la pega…» ¿eso qué quiere decir?, Pues que las relaciones se trabajan, ¿y esto qué significa?, que requieren un esfuerzo constante, permanente y sostenido. (Lee más sobre este punto en el siguiente link Y vivieron felices para siempre)