Sí… se acabó septiembre, mes de los enamorados, pero seguimos con los lenguajes del amor, ¿por qué? porque realmente son varios los idiomas y no podíamos limitarnos a los tres primeros, perdiendo de vista que los dos restantes son fundamentales para muchos.
El primer lenguaje del amor al que le dedicamos este espacio del blog, estaba relacionado a las palabras de afirmación, la importancia a reforzar constantemente a través del lenguaje verbal las cualidades que vemos en el otro. Como recordatorio, para las personas que hablan este lenguajes no desconocen las acciones como fundamentales, pero debe quedar claro que entre más se les refuerce y reconozca mediante las palabras, más amados se sentirán.
Por otra parte, las personas que aman con el cuarto lenguaje del amor, necesitan más hechos y acciones. A estas personas podemos escucharles con frecuencia decir, “las palabras se las lleva el viento”… es el turno para Actos de servicio. Este lenguaje se trata de acciones que hablan más que las palabras.
Se trata de hacer algo por ese ser amado, en lugar de tener que pedirlo. Estas acciones pueden requerir pensamiento, planificación, esfuerzo de tiempo y energía. Cualquier cosa, desde cocinar una cena sorpresa, decorar un espacio, limpiar el automóvil, llevar el tinto en la mañana o incluso hacer las compras, puede ser un acto de amor.
«Actos de servicio» su nombre habla por sí solo, es un idioma que se habla con el cuerpo. Si eres alguien que lucha para expresar el amor con acciones, es posible que tu táctica habitual sea asumir una tarea doméstica, hacer una cena indulgente o emprender la planificación de una fiesta o un evento social. Para las parejas que tienen hijos, estos pequeños actos pueden llegar a ser increíblemente valiosos.
Algunas veces, hacer que los niños se bañen en la noche y lograr que se queden dormidos en la cama para que su pareja pueda relajarse luego de un día difícil es el mejor regalo que puede brindarles.
Cuando estamos en el proceso de enamoramiento, nos importa lo que le importa a él o ella. Nuestro particular lenguaje de amor también tiende a ser la forma en que expresamos amor.
De manera inconsciente y solo con la idea de agradar el otro, empezamos a expresar el amor casi de manera mágica para que el otro se sienta amado o atraído. Sin embargo, como este proceso no es consciente y solo lo hacemos para conquistar, al poco tiempo retomamos nuestro idioma del amor y nuestra pareja queda perdida frente a lo que se le había manifestado.
Ante estos cambios de comportamiento escucho en consulta: “el o ella haciendo esto al principio ahora no” “me lo cambiaron”. Usualmente me encuentro en consulta con quejas interminables sobre lo que el otro no es capaz de dar; pero más que la incapacidad de dar, es que no podemos dar algo que no sabemos que existe, o que simplemente es irrelevante para nosotros. De los cinco idiomas de amor, la mayoría de nosotros tenemos uno o dos que son más importantes para nosotros que los demás, y es diferente para todos.
Tienen sentido porque es identificable, aunque lo ideal es poder tenerlos todos.
Si su pareja a menudo limpia, lava, cocina, paga las cuentas, está pendiente de llevar el carro al taller y organiza planes sociales, considera si puedes expresar tu amor asumiendo una mayor parte de la carga; es decir, trabajando un poco más en equipo con la causa, no porque necesiten repartirse las labores, porque seguramente tu pareja está nadando como pez en el agua, sino porque ella o él se sentirá amada con estas acciones. . Y es que en el hacer está el detalle, no se trata de un sacrificio ni mucho menos, se trata de hacer desde el corazón.
Y es que uno de los principios de la relación de pareja es HACERLE EL BIEN AL OTRO.
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